Eugene Ionesco y el teatro del absurdo.
A Martin Esslin se debe la acuñación del término Teatro del absurdo cuya definición desarrolla en un libro con este mismo nombre en 1961 donde propone el abandono absoluto de la razón prefiriendo expresar «el sentido del sinsentido de la vida» y caracterizado generalmente por una reacción contra los conceptos tradicionales del teatro occidental y el rechazo del teatro realista existente. Entre otros, Ionesco es el dramaturgo favorito de Jaime. Afirmaba que todas sus obras de teatro estaban basadas en la realidad. Jaime entendió profundamente los textos de este gran autor y los llevó a escena con gran destreza como “Víctimas del deber”, “La cantante calva” o “Jacques oú la soumission”.